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Mes: septiembre 2025

Carlos Martín Eguía: bibliografía

(Castelli, provincia de Buenos Aires, 1964)

Anotaciones y otros poemas (poesía) (Libros de Tierra Firme, 1993)
Repertorio (poesía) (Libros de Tierra Firme, 1998)
Phylum vulgata (poesía) (Siesta, 1999)
Errantia (novela) (edición de autor, 2000)
El Sacatrapos (poesía) (Siesta, 2001)
Oso no hay nieve acá (poesía) (Siesta, 2004)
El retama (relato) (Eloísa Cartonera, 2004)
La plancha de altibajos (novela) (Paradiso, 2006)
Principio activo (nouvelle) (Paradiso, 2007)
La vaca roja (poesía) (Vox, 2012)
Impresiones de un año ingrávido (pareado novelístico, incluye el relato que da título al volumen y la novela Errantia) (Garrincha Club, 2014)
150 gramos (poesía, selección de libros anteriores + poemas inéditos) (Zindo & Gafuri, 2014)
La cueva de Anvers (novela) (añosluz, 2015)
La reconquista vómer band (poesía) (Zindo & Gafuri, 2015)
Arcilla expansiva (novela) (Club Hem, 2018)
Macrauquenia (novela) (modesto rimba, 2019)
El punto olivina y los cordones de zapatos (novela) (añosluz, 2020)
Crinfil (novela) (modesto rimba, 2022)
No te preocupes si está oscuro (tríptico narrativo, incluye Kimbombo, Crinfil y Macrauquenia) (Paradiso, 2022)
Subterráneo (pareado narrativo-poemático) (Paradiso, 2023)
Locus Lusi (novela) (Paradiso, 2023)
Escuela (novela) (Paradiso, 2024)
Poema manual (nouvelle) (Paradiso, 2004)
Conur et Sidereus (novela) (Paradiso, 2025)

Entrevista sobre poesía, por Augusto Munaro: https://revistacolofon.com.ar/eguias-band/

Reseña de Errantia, por Santiago Llach: https://www.pagina12.com.ar/2001/suple/Libros/01-10/01-10-28/nota5.htm

Entrada en el blog La infancia del procedimiento (con miniautobiografía): https://lainfanciadelprocedimiento.blogspot.com/2006/10/carlos-martn-egua.html

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Lecturas Sanchiz (en orden / in progress)

Leídos
Un pianista de provincias
Trashpunk
Árboles en la noche (7 “Me habían dicho que lo identificaríamos por su acento”) / Continuidad de los gatos / Fase 7
Nadie recuerda Mljenas
El día de la ballena / Los sueños de la carne / La luz sobre los cerros / Sobre la arena, bajo la piel
Vampiros porteños, sombras solitarias
La anomalía 17
Los acontecimientos
La expansión del universo

Verde

Por leer
Árboles en la noche (5) / Fractura / Los otros libros [en El día de la ballena]
Árboles en la noche (1) (2) (3) (4) (7 “Supe después que se llamaba Federico”) (8) (11)
All tomorrows parties
El otro festival
Krautrock
La historia de la ciencia ficción uruguaya

Por escuchar
Las imitaciones

Por conseguir
Somalía
El orden del mundo
Perséfone
Ficción para un imperio
El gato y la entropía #12 & 35
Dos crímenes por página
La vista desde el puente
Los viajes
Ahab
Ejercicios de dactilografía
Caída libre
Guitarra negra
Matrix acelerada
David Bowie, posthumanismo sónico

Mapa del Proyecto Stahl incluido en La expansión del mundo (2018)
Mapa del Proyecto Stahl incluido en Un pianista de provincias (2022)
Mapa del Proyecto Stahl incluido en Los acontecimientos (2025)

 

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La literatura uruguaya, un barrio de la argentina / El español del Río de la Plata, una entidad colectiva, una mente-colmena

Ante todo, no me siento cómodo pensando en términos de lo “nuevo”, e incluso lo que “hago de otro modo” –y después voy a hablarte de este particular– me resulta imposible no percibirlo en términos de continuidad o incluso “continuismo”. Pero si moduláramos la pregunta hacia compartimentos más discretos creo que lo que intento hacer, mi proyecto, digamos […] es bastante singular en el contexto de la literatura uruguaya de mi generación y las inmediatamente anteriores; del mismo modo, cierto lugar –que para mí no es ajeno a lo que entiendo como “ciencia ficción”– de indeterminación genérica y negación del naturalismo costumbrista/minimalista que parece predominar en la literatura rioplatense del siglo XXI, podría aportar a la construcción como “distinto” o “singular” de mi proyecto en un contexto argentino-uruguayo (de hecho, para mí la literatura uruguaya no puede ser otra cosa que un barrio de la argentina).

Bastante de Las imitaciones tiene que ver con un asombro o pasmo en relación con todo lo que se habla en un momento dado. Es decir: en mi ciudad ahora debe haber –deben estar sucediéndose– miles de conversaciones: información que se intercambia, palabras más y menos infrecuentes que emergen, etc. Se me ocurrió, entonces, que en ese intercambio permanente podría haber algo así como otro nivel, en el sentido en que, por ejemplo, uno puede distinguir niveles en una computadora: el del código binario fundamental, el del lenguaje de máquina, el del sistema operativo, etc. En cuanto a las conversaciones habría un nivel básico material –el del aire implicado, los sistemas respiratorios y fonadores de los hablantes, etc–, uno que hace al “procesamiento” de las palabras en el cerebro de esos hablantes (y que, en última instancia, es tan material como el anterior, pues remite a impulsos eléctricos en neuronas), y después uno –digamos “simbólico”– que hace al tema de las conversaciones; entre esos niveles opera el código de la lengua, en el caso de mi ciudad el castellano, y sus sub-códigos de clase social, de franjas etarias, de grupos culturales o pequeñas comunidades de interpretación. Y me pregunté si no habría un nivel por encima, entonces; el de una mente colectiva, digamos. Así como nuestro “yo” o nuestra “consciencia” también puede pensarse en términos de niveles (el más básico o substrato una vez más el de la actividad eléctrica en las neuronas), me pareció que pensar la manera en que nosotros en tanto individuos podríamos ser, desde el punto de vista de otro nivel, algo así como lo que son las neuronas para nuestra mente (es decir: somos una colonia de células, es decir una multitud de cosas, pero nuestra consciencia se mueve en el nivel en que somos más bien una cosa sola, nosotros) o las abejas individuales al panal entendido como entidad colectiva. ¿No habría algo así como una “mente colectiva” de la humanidad? Por supuesto que no pretendo hacer ciencia de esto sino solamente especular –a la manera de la ciencia ficción, digamos–, o sea urdir una ficción más, y me gustó la idea de pensar que ese lenguaje permanente, esas conversaciones que suceden todo el tiempo, no sólo son decodificables en los términos del lenguaje o código que manejan sus interlocutores sino que, en una perspectiva más amplia, se interrelacionan en otra transferencia o circulación de información, una que hace a esa suerte de mente colectiva. Quizá, entonces, el español del Río de la Plata sea una entidad colectiva, una mente-colmena. Y el portugués otra, o el español andino o el de México. Por supuesto que las fronteras entre esas entidades son difusas, pero ¿hasta qué punto dos individuos cualesquiera están efectivamente diferenciados? Supongo que en el fondo somos más parecidos de lo que nos han enseñado a creer: menos singulares que lo que la literatura (y no en vano Bloom hablaba de Shakespeare y “la invención de lo humano”) ha servido para hacernos dar por cierto: que somos individuos, que tenemos un alma singular, que somos únicos y por tanto preciosos, etc. Quizá, en última instancia, la biósfera completa –en la que operan todo tipo de lenguajes: plantas que emiten sustancias químicas para atraer insectos que se coman sus parásitos, animales que liberan feromonas, equilibrios de salinidad en los océanos, concentraciones de CO2 reguladas en algo así como una homeostasis global, etc.– pueda ser pensada, justamente, como una mente colectiva, y esa mente necesita algo así como un lenguaje para operar, para contarse el cuento de sí misma.

Me resulta fascinante pensar una literatura del transhumanismo, del posthumanismo o del antihumanismo. Entrevista a Ramiro Sanchiz, por Juan Pablo Chiappara. São Paulo, Caracol, 17 (enero/junio de 2019), pp. 448-480.

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