Los lectores de poesía solemos tener un sueño: pasar las páginas de una Enciclopedia llamada Tuñón, llenas de fotografías, mapas, retratos, fechas y anécdotas que expliquen cada una de las citas que hay en La calle del Agujero en la Media, editado en 1930 por Manuel Gleizer. Páginas y páginas de países que ya no están, ciudades que murieron, catedrales, bares, puertos, estaciones de trenes y marcas de cerveza (como la fischer Schiltigheim), y nombres de calles, dibujantes, actrices, músicos, escritores, viajeros y personajes de novelas. Una historia por cada cita, un verso por cada historia. Desde el jabón Cadum al periodista Jimmy Herf de John Dos Passos; desde el melancólico Aloysius Bertrand y su Gaspar de la noche a las ciudades de Carcassonne y Chartres, Chicago y Québec porque todas ellas son nudos de rieles ferroviarios y es por eso que Tuñón dice “caminos que parten y caminos que vuelven”. Una Enciclopedia llamada Tuñón que podría extenderse hacia toda su obra, e incluso contener una antología de toda la poesía argentina bendecida por su espíritu de permanente asombro. Todos lo sabemos: a través de Tuñón se puede escuchar el rumor (palabra tan cara en él como fervor en Borges) del lenguaje que habló este mundo desde los inicios del siglo XX. Sin embargo, siempre nos faltó saber quién fue Michel Berboff.
“Enciclopedia Tuñón”, por Lautaro Ortiz